Estudio 1

Dios es Espíritu

Juan 4:24

Objetivos del Estudio

1.

 Ensenar la diferencia existente entre lo material y lo espiritual.

2.

Demostrar que el mundo espiritual existe, pues lo llevamos dentro. 

3.

Enseñar que ese mundo espiritual pertenece a Dios.

 

¿Quién es Dios?

“Creo en lo que veo”.

“¿Alguien ha visto a Dios alguna vez?”

“Algo debe haber, porque este mundo no se hizo solo”

“¿Por qué, si Dios es tan bueno, pasa esto o lo otro?”

Estas son algunas de las muchas expresiones del hombre moderno que revelan su incredulidad, sus dudas o su rebeldía. El hombre de hoy está más inclinado a dudar que a creer. Pero no por eso experimenta la satisfacción y felicidad anheladas; tiene necesidad de Dios y debe enseñársele la realidad de su existencia, quien es, su poder y su amor infinitos.    

Estas palabras: “Dios es Espíritu” quieren decir que El es un ser inmaterial. Materia es lo que nosotros podemos percibir con nuestros sentidos materiales: una piedra, un árbol, el agua, nuestros semejantes, y así una multitud de cosas que vemos o palpamos. Cuando nos referimos a Dios no podemos pensar de Dios  como de estas cosas. La naturaleza divina no se percibe con nuestros sentidos naturales. Analicemos esta verdad con un ejemplo: La naturaleza de nuestra propia existencia nos enseña que existen dos mundos. EL mundo de la materia (visible) y el mundo del espíritu (invisible). Tenemos manos, pies, cabeza; ¿Qué representan estas cosas? El mundo visible de la materia. Pero también pensamientos, y ellos nos permiten percibir las impresiones morales del mundo exterior. Tenemos conciencia, y ella nos enseña a juzgar nuestras acciones, y las ajenas, como buenas o malas. Sentimos amor u odio, alegría o tristeza, turbación o paz. ¿Qué son estas cosas que no se ven, porque son materiales, pero que son tan reales como nuestras manos o nuestra cabeza? Son atributos del alma humana, del mundo del espíritu, que prueban que este existe realmente. Por asi decirlo, la naturaleza divina es espiritual, singular, inmutable, y debe ser considerada como real y esencialmente distinta del mundo que nos rodea.