Solamente Por La Fe

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 Texto: Hebreos 11:1-3

"Es pues la fe la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven. Porque por ella alcanzaron testimonio los antiguos. Por la fe entendemos haber sido compuestos los siglos por la palabra de Dios, siendo hecho lo que se ve, de lo que no se veía."

Para que podamos certificar alguna cosa como cierta y hablar de ella con certeza (seguridad) debemos usar aquellos medios que nos permitan acreditarlo a través de la demostración de los hechos. Si aquello que se afirma como cierto tiene alguna forma de demostrarse

por la observación ocular nos convencemos por su veracidad. Hebreos nos habla desde este contexto cuando emplea la palabra demostración, (la fe y sus resultados) para llegar a conclusiones. Dice el versículo 3 en otra versión "Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía."

Las cosas y el modo en que fueron creadas hablan por sí solas de la capacidad, poder y sabiduría del creador; y mientras más compleja sea la creación misma, más sabiduría y poder se habrá requerido para crearla. Observemos por un momento las cuatro estaciones del año, el fruto de las plantas, la variedad de animales y especies, el clima terrestre habilitado para la conservación de la vida humana, el espacio sideral con sus Astros, la inmensidad de la mar y sus mounstros marinos, la complejidad de los tejidos y nervios del cuerpo humano, los pensamientos, sentimientos y por último la capacidad del hombre que lo distingue de los animales para amar, cultivar y construir. Cuando observamos estos hechos no tenemos excusa para no creer en la existencia de un Creador todo inteligente y sabio. Esto es lo que Pablo observa para enunciar que el hombre no tiene excusa para negarse a creer. "Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa." Romanos 1:20. Pensar que las cosas visibles desde la creación del mundo fueron hechas al azar, fortuitamente y sin propósito alguno, es un absurdo, no cabe en la mente como algo creíble. Pues básicamente, las cosas hechas por los hombres, también, aunque inferior a las de Dios, como los más altos razcacielos, las aeronaves, las carreteras, los automóviles dan testimonio de la existencia del hombre porque ellas no se hicieron solas al azar y sin propósito alguno. Es obvio que los hombres y los arquitectos usaron de sus conocimientos para planear y hacerlas. Este mundo tan perfecto fue planeado y creado con un propósito específico de orden y nos da testimonio del eterno poder y deidad del creador. Por ello los antiguos, que profesaron fe en Dios como nosotros, alcanzaron buen testimonio a través de las cosas hechas, milagros de sanidad, cumplimientos proféticos y numerosas conversiones como la de Saulo de Tarso quien fuera transformado luego de perseguir a la iglesia del Señor. Este es el misterio revelado de las Sagradas Escrituras, que a través de la fe finalmente veamos el producto de ella en los hechos demostrados. Bendita fe que nos permite creer y ver la Gloria de Dios.