Compromiso Radical

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Texto: Romanos 6:1-2

"¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?"

Lo que más convence de las Sagradas Escrituras es su compacta unidad desde el Génesis hasta el Apocalipsis. Ningún texto de la Biblia se contradice en sí mismo, de manera que debemos tomar las aparentes contradicciones como el peldaño de una larga escalera que debe ser ascendida por medio de la oración,

el estudio y la humildad para aceptar y encontrar los valiosos tesoros que ella revela en sí misma. Cada escalón encontrado en la Biblia deberá explicar la razón de existencia del otro hasta descubrir la concatenación de los mismos. Cierto commentarista dijo que "ser un intérprete de la Biblia es semejante a la de ser un cirujano."

Existen normas objetivas por las que un cirujano debe realizar la cirugía. Sin embargo, la cirugía es un arte en el que el cirujano debe utilizar su habilidad y buen juicio cuando esta se lleva a cabo. No todo el que conoce las reglas para la cirugía será un buen cirujano. Tampoco lo será una persona que tenga el potencial para ser un gran cirujano, sin conocer las reglas de la cirugía. De igual manera, el intérprete de la Biblia debe conocer las reglas de interpretación, la ciencia, y perfeccionar sus habilidades para interpretarla, es todo un arte". Con ese prisma notemos lo que Pablo quiere dar a entender con la pregunta ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? Es como si estuviese diciendo ¿Ahora que la gracia nos ha alcanzado viviremos como nos venga en gana en la concupiscencia y costumbres pecaminosas de la vida vieja? En ninguna manera, dice Pablo. ¿Como viviría un reo condenado a prisión de por vida luego de haber recibido el inducto del rey? Mostraría su agradecimiento y compromiso moral hacia el rey que le salvó y se esforzaría en agradarle. Esta figura debe cautivar nuestra mente en la observación de este pasaje, pues en el versículo encontramos un compromiso moral y radical hacia la vida de piedad que cada cristiano deberá vivir luego de haber sido limpiado y lavado por la sangre de Cristo. "Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?" He aquí el indeleble compromiso tuyo y mío de vivir rendidos ante aquel que nos salvó. Ahora bien, consideremos que esta actitud no es el producto de otra cosa sino del amor, porque el amor de Dios que opera sobre nosotros nos constriñe y guía a hacer cualquier sacrificio por Jesús, incluso a dar la vida. De manera que las demandas de la ley moral de Dios y el compromiso radical enseñado y establecido por Jesús para sus discípulos no ofenden la voluntad humana ni son gravosos, o sea difíciles de cumplir, porque son el resultado del amor. He aquí ejemplos del compromiso radical predicado por Jesús.

Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Lucas 9:23. Esto significa abstenerse de toda especie de mal.

"Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas." Marcos 11:25 Si tenemos en cuenta la deuda que tenemos con Dios y su perdon nos sentiremos movidos a perdonar a los que nos ofenden. 
Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios. Lucas 9:62
"Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.Y si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo; mejor te es entrar a la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno, al fuego que no puede ser apagado, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo; mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno." Marcos 9: 43-47 Lo que quiere decir es que cualquier cosa que te lleve a pecar o ponga en riesgo tu alma, no importa el costo o la suma de dinero que te haya costado, si hace que tu ojo, mano, pie, peque; debe ser removido o eliminado radicalmente, no sea que por querer preservar aquello de valor humano que te hace tropezar finalmente tu seas echado al infierno con todas esas posesiones y pierdas tu alma. No tenemos más que exclamar como David en su urgencia ante el compromiso radical al que es llamado cada siervo de Dios:
"Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno." Salmo 139: 23-24